ANTE LA NUEVA REFORMA EDUCATIVA
Recientemente hemos sido testigos de cómo el ministro de educación, José Ignacio Wert, anunciaba la aprobación, a pesar del unánime rechazo por parte de la comunidad educativa, con la cual no se ha contado en ningún momento, del nuevo modelo universitario. El conocido como “3+2”, a grandes rasgos, pretende sustituir el modelo actual consistente en grados de cuatro años, seguidos de un máster de un año, por grados de tres años y masters de dos. A priori pudiera parecer inocuo o insignificante este cambio. Nada más lejos de la realidad.
Este nuevo proyecto, que no es sino un nuevo paso en la destrucción del modelo universitario tal cual lo conocíamos, responde a una evidente voluntad de continuar con las reformas puestas en marcha con el tristemente célebre Plan Bolonia. Este tipo de reformas tienen un único objetivo: elitizar la universidad. El “3+2” supone una reducción de un año en los grados, lo que conlleva un evidente recorte de contenidos de dichos grados, mientras que los masters, notoriamente caros e inalcanzables económicamente para los estudiantes de origen humilde, es ampliado de un año. Esto significa que aquellos estudiantes que quieran optar a una titulación superior, habrán de tener un nivel adquisitivo considerable. Dicho sea de paso, con el actual modelo heredero del Plan Bolonia, esto ya era un hecho; sin embargo, gracias al “3+2”, será todavía más acusada esta segregación económica a la hora de ingresar en la universidad.
Este tipo de medidas son un ataque frontal a la clase obrera que, en vistas de los elevados precios de las matrículas de las universidades “públicas”, se ven obligados a prescindir de titulación superior que posibilite el optar a un puesto de trabajo estable o bien remunerado, perpetuando y reforzando su posición socioeconómica desfavorecida. Además, esta nueva medida vendrá acompañada de una reducción en los contenidos formativos de las carreras o grados, ya de por sí vergonzosos, totalmente subyugados a la ideología burguesa que, en las universidades, adquiere un fuerte carácter utilitarista, desincentivador y mercantilista.
Todo esto, sumado a los continuos recortes y al paulatino descenso de la calidad de la educación pública nos obliga, como estudiantes combativos, a hacer una oposición firme a este tipo de medidas, y al sistema capitalista del que son producto.
Desde Somosaguas en Lucha, recordamos una vez más que este tipo de ataques que como estudiantes y clase obrera sufrimos, son únicamente las manifestaciones parciales de una problemática mucho mayor. La raíz del problema no hay que buscarla en esta oleada de recortes, ni en el cambio de un gobierno burgués por otro, sino en el propio sistema capitalista y sus contradicciones. Afirmamos y volvemos a afirmar que el modelo de educación “pública” desarrollado durante el periodo de bonanza del Estado de Bienestar no es ni público ni de calidad para la clase obrera y para los estudiantes conscientes y combativos, pues supone una de las herramientas de la burguesía para perpetuar su dominación. Por supuesto, esto no excluye el oponernos a toda medida que resulte un paso atrás para el estudiantado, como ya hemos señalado.
¡NO A LA NUEVA REFORMA UNIVERSITARIA!
¡POR UNA EDUCACIÓN REALMENTE PÚBLICA, REALMENTE DE CALIDAD!
Somosaguasenlucha@gmail.com
